Estrenamos el año de nuestro centenario
Estrenamos el 2014 con una alegría especial en nuestro corazón, una alegría que hace estremecer a todo el equipo que conforma el equipo del Edificio David, desde el primero al último; y la ocasión lo merece. David cumple 100 años. Evidentemente es motivo de orgullo, pocas empresas hay en España que puedan decir que son centenarias.
Desde la atalaya de la historia de la ciudad miramos atrás, oteando al horizonte del pasado, inspirándonos e impregnando nuestro espíritu de la valentía de los que, antaño, fueron dueños de su destino, forjando a su vez el nuestro. Valientes empresarios, tachados de locos muchas veces que, acompañados de competentes trabajadores echaron a rodar (nunca mejor dicho) un negocio que ha evolucionado enormemente hasta nuestros días.
Y de eso se trata, de la evolución constante, de adaptarse no sólo al medio sino a los acontecimientos, al futuro, ser en todo momento dueños de un destino que entre todos debemos moldear. Y como pequeño homenaje a aquellos hombres que una vez quisieron hacer realidad sus sueños hoy hemos querido recuperar algunas de las viejas fotos que teníamos en nuestro particular «baúl de los recuerdos» para compartirlas contigo.
Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, creo que podríamos transformar esa frase para llevarla un poca más hacia el lado de los negocios y asegurar que detrás de una gran empresa hay grandes profesionales trabajando. A veces una sola mente brillante (como el caso de Steve Jobs) puede eclipsar al resto de trabajadores, pero si éstos no fueran eficientes en su trabajo, el brillante personaje no sería más que un iluminado. Por ello en David siempre hemos funcionado como un equipo, un equipo humano, una gran familia que lucha por conseguir sus objetivos. Máxima que aún hoy en día mantenemos como firme convicción y que intentamos transmitir a nuestros inquilinos.
De esta forma, juntos, hemos sido capaces de superar adversidades y adaptarnos a la cambiante historia de la ciudad durante 100 años. Y lo que empezó como un negocio orientado a la fabricación de automóviles fue evolucionando junto a las necesidades de Barcelona para derivar en algo que quizás los primigenios empresarios y fundadores de la empresa jamás llegaron a soñar.
En las fotos que acompañamos a este pequeño artículo podemos ver una parte de la cadena de montaje de los coches David, sobre los años 20 aproximadamente, y hemos querido recuperarlas como ejemplo de lo que se puede conseguir trabajando en equipo. Como homenaje también a aquellos que trabajaron con nosotros codo con codo para conseguir el éxito que la historia nos arrebató. Pero pese a las adversidades, el renacimiento del talante emprendedor de generaciones posteriores ha permitido que el Edificio David sea la herencia de una época de esplendor en que pretendíamos ser el espejo y no el reflejo de las grandes ciudades del mundo, un estereotipo de brillante modernidad en el que Barcelona jugó un papel importantísimo en la historia de nuestro país.
Es inevitable mirar hacia atrás, observar a través de las fotografías que tenemos, cual máquina del tiempo, cómo éramos (España entera), lo que hemos cambiado, ponernos nostálgicos y derramar alguna lagrimilla de emoción. Pero el futuro debe ser nuestro próximo reto, debemos subir a la atalaya a la que hacíamos referencia en el segundo párrafo, tomar conciencia de lo que somos y trabajar para construir todos juntos un mundo mejor. Nosotros ya nos hemos apuntado, y tú ¿te apuntas?
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